Mirá, un aguacil, ¿sabes qué significa? – pregunta el viejo al niño.
‘No, ¿qué es eso?’- responde el niño mirando una especie de palito alado.
‘El aguacil significa que hoy va a llover’…
¿Qué es el aguacil?
El aguacil, más conocido como libélula, alguacil o dragonfly en inglés, es un insecto de hábitos diurnos con largas alas transparentes, ojos saltones y un cuerpo alargado muy delgado de colores brillantes y metálicos, a veces rojo, azul, verde, violeta o rosado, cuya vida adulta tiene lugar casi siempre en el aire.
Nace bajo agua, pero de grande vive volando, avisando al hombre por lluvias, ¿qué es?
Un pequeño volador que predomina en los trópicos, pero presente en casi todo el mundo, salvo en las zonas polares.
Residente de hábitats acuáticos, a menudo se lo ve cerca del agua, volando al lado de arroyos, pantanos, lagos, estanques, ríos y humedales, aunque también aparecen posados sobre ramas, plantas o contra las ventanas de casa.
Pertenece al orden de insectos Odonata, término que deriva de la palabra griega ‘odonto’, que significa ‘diente / dentado’, probablemente en referencia a sus grandes mandíbulas dentadas.
Existen más de 5.000 especies de libélulas revoloteando alrededor del globo.
La libélula “dinosaurio“
De un punto a otro de sus alas, muchas especies de alguaciles pueden medir más de 10 cm. Sin embargo, sus antepasados prehistóricos eran mucho más grandes.
Durante el Carbonífero, hace más de 300 millones de años, cuando aún rondaban los dinosaurios sobre la Tierra, los ancestros del insecto portaban una estructura alar de más de 60 cm.
Se han encontrado fósiles de libélulas extintas con envergaduras alares de hasta 70-75 cm.
La libélula más grande hoy conocida es Petalura ingentissima de Australia, con una envergadura de hasta 16 cm.
¿Cómo se dice: aguacil o alguacil?
El término “aguacil” es una forma anticuada de la palabra “alguacil“. Hoy se usan estos dos nombres, alguaciles / aguaciles, principalmente en Argentina y Uruguay. Modos ambos válidos para referirse a la famosa libélula.
También se llama alguacil a los funcionarios de juzgados y ayuntamientos.
¿Qué come el aguacil?
Insecto carnívoro, este ágil depredador de los aires se alimenta de mosquitos, moscas y otros insectos voladores, incluyendo a las mariposas, polillas o incluso a otras libélulas más chicas.
En su etapa larval, los aguaciles habitan bajo el agua, alimentándose en fondos de ríos y lagunas de otros insectos, pequeños peces y renacuajos. A medida que crecen y dejan el agua para instalarse en el aire, las libélulas son presas de ranas, pájaros y arañas.
La vida en vuelo
Durante su vida breve, las libélulas pasan la mayor parte del tiempo volando o suspendidas en el aire comiendo o apareándose. El aguacil acostumbra a cazar y devorar a sus presas en pleno vuelo. Y se acopla con sus parejas también sobre el aire.
¿Cuánto vive una libélula?
Si no es cazada antes en boca de otros depredadores, el ciclo de vida de una libélula, desde el huevo hasta la muerte en su adultez, tiene un promedio de unos seis meses.
Sin embargo, siendo larvas acuáticas pueden vivir durante varios años antes de ser adultas y salir por los aires. Habitualmente, las libélulas adultas viven solo unos meses, mientras que las ninfas pueden vivir hasta por cuatro años o más.
Las alas de la libélula
Las libélulas tienen cuatro alas, dos pares a cada lado. Cuando están en reposo, las alas se extienden y el insecto planea en sostenido vuelo. A diferencia de otros insectos, las libélulas son incapaces de plegar las alas sobre el abdomen, pero pueden batir sus alas posteriores y anteriores al mismo tiempo o en forma alternada mientras vuelan.
Bajo una vista superficial, sus alas forman un complejo entramado de membranas y venas. Pero otros componentes de maravilloso efecto surcan las alas de las libélulas, concediendo su particular vuelo.
Uno de esos elementos, bautizado por científicos como “nodus”, consiste en una pequeña estructura con forma de bisagra que contiene una proteína similar a la goma llamada resilina, la cual permite a sus alas deformarse sin romperse durante el vuelo.
Así lo expone un estudio titulado ‘Dragonfly wing nodus: A one-way hinge contributing to the asymmetric wing deformation‘.
Hamed Rajab, investigador de la Universidad de Kiel en Alemania y uno de los autores de este trabajo realizado en colaboración con la Islamic Azad University de Irán, explicó:
“La estructura en forma de bisagra que contiene un material similar al caucho con alta capacidad de almacenamiento de energía facilita la formación de la comba del ala, lo que lleva a una mejor generación de elevación y juega un papel como absorbente de energía durante las colisiones”.
Los investigadores apuntan que comprender cómo este nodus colabora en el funcionamiento de las alas de una libélula podría ayudar a mejorar el diseño de alas artificiales para MAVs (Micro Air Vehicle), los mini drones aéreos.
¿Cuál es el insecto volador más rápido del mundo?
Las libélulas son uno de los insectos voladores más rápidos, viajando a velocidades de hasta casi 60 km por hora (35 millas por hora), según señala una entrada publicada en el sitio de Smithsonian. Cuanto más grandes son en tamaño, más rápido tiende a ser su vuelo.
Otros veloces insectos voladores son las polillas esfinge, con registros que superan los 50 km por hora. También las grandes moscas llamadas ciervo botfly, que alcanzan los 80 km por hora. O el tábano Hybomitra hinei wrighti, con mediciones de más de 140 km por hora.
El aguacil y su rol para medir la salud de los ecosistemas
Además de ser un controlador de plagas tan insoportables como son las moscas y los mosquitos (las ninfas libélulas incluso se comen las larvas de mosquito), los aguaciles también pueden servir como indicadores naturales de la calidad de los ecosistemas.
Su presencia, abundancia o ausencia es vista por los científicos como signos de la salud ambiental.
Los odonatos son considerados indicadores de la calidad del agua, ya que todas las especies de este orden de insectos necesitan del agua para desarrollarse cuando aún son ninfas, náyades o larvas, antes de emerger a su vida adulta.
En su libro ‘Manual of freshwater assessment for South Africa: Dragonfly Biotic Index‘, Michael J. Samways y John P Simaika presentan al aguacil / libélula como un indicador del estado de conservación de los entornos inmediatos donde se reporta la presencia de estos insectos.
Los investigadores han creado el DBI – Dragonfly Biotic Index -, que traducido sería el índice biótico de libélula, utilizado para evaluar y monitorear la salud de los ecosistemas acuáticos en Sudáfrica.
Para determinar la calidad de un ecosistema de agua dulce, los autores proponen este índice basado en la “biogeografía de la libélula, su sensibilidad al cambio y el grado en que están amenazadas”.
“En general, las libélulas son buenos indicadores de la calidad y conservación del agua dulce. Esto presenta una gran oportunidad para usarlos para medir el grado en que se deteriora un cuerpo de agua dulce o, cuando se han tomado medidas de conservación, para evaluar qué tan bien el cuerpo de agua dulce está volviendo a su condición original o de referencia.
Las libélulas son particularmente útiles para la tarea de evaluación y monitoreo, ya que hay un número suficiente de especies con requisitos de hábitat diferentes pero específicos para proporcionar una gama de características descriptivas para cualquier hábitat, tipo y calidad de agua dulce. De hecho, es el cambio en los ensambles de especies lo que nos permite medir el estado del cuerpo de agua”.
Por su parte, el entomólogo argentino Juan Farina explicó a La Capital MDP que existen ciertos insectos, entre ellos los alguaciles, que pueden usarse para medir el estado de los cursos de agua. Porque en etapas tempranas estos insectos dependen del agua. Si el medio acuático no presenta determinados requerimientos, los aguaciles no se desarrollan.
“La presencia de insectos es indicador de gran biodiversidad… Si no ves aguaciles en los arroyos es porque algo malo está pasando, si ves muchos alguaciles, muchas especies es fantástico”.
Ver: Extinción de insectos – ¿Por que debería interesarnos?
¿Las libélulas pican?
Las libélulas no pican, ya que no tienen aguijón y tampoco chupan la sangre. No son insectos agresivos con el hombre. Apenas podrían morderte con sus dientes si se sienten amenazadas, aunque sería un mordisco leve, no peligroso, sin llegar a atravesar la piel.
La visión panorámica del aguacil
Los aguaciles tienen aproximadamente 30.000 lentes en sus ojos, a diferencia del hombre que tiene una sola. Si bien el ser humano ve con mayor nitidez, solo puede ver de frente y de costado, mientras que las libélulas tienen la capacidad de ver todo a su alrededor, con un campo de visión de casi 360 °.
El aguacil, el pronosticador de lluvias
La sabiduría popular considera al aguacil como un indicador climático. De un lado a otro del mundo, se ha visto al insecto como un factor para predecir las lluvias. Por ejemplo, en la India se cree que vuelan un par de horas antes de la lluvia. Cosas parecidas pueden escucharse en países de América.
Generaciones de agricultores de Vietnam también se han guiado por los vuelos de las libélulas. Los agricultores de la provincia de Ninh Thuan creen que si la libélula vuela alto el día será soleado. Pero dicen que cuando el aguacil vuela bajo caerá lluvia.
En América del Sur hay un tipo de aguaciles que se avecinan en masa con el pampero, un viento fuerte, frío y seco del suroeste, que cuando zarandea con sus ráfagas durante el verano suele atraer enjambres de miles de libélulas en vuelo.
‘Dragonfly Pie’, la canción de Stephen Malkmus & The Jicks
Fuentes:
‘Insectos y Arácnidos’ – Carlos S. Carbonell
‘Introduction to Dragonfly and Damselfly Watching’ – Mark Klym y Mike Quinn
Material Todays – Científicos descubren los secretos de las alas de la libélula